martes, 22 de junio de 2010

UNA ENTREVISTA QUE LE HA ENCANTADO A MI MADRE...

Pues si señoras, una entrevista de la que mi madre se siente orgullosa. Y me la han hecho en una nueva web de empresarios y emprendedores que se llama VITAEVISION. Aquí se la dejo como un hijo orgulloso y de paso le doy las gracias a Marcos Queijeiro por haber conseguido que mi madre por fin "lo entienda".

Photobucket

CONFIAR EN EL PROPIO INSTINTO

Hablar de "hombres del Renacimiento" a estas alturas es algo muy antiguo, concretamente de los siglos XV y XVI, por eso hay que referirse a Abel Arana como un emprendedor multidisciplinar, un talento polifacético y absolutamente multimedia. Trabaja como productor musical, disc-jockey, escritor, guionista, articulista, bloguero, actor, modelo, presentador de televisión y un largo etcétera. Su lema "Cultura pop a toda hostia" pone de manifiesto su manera de entender la vida: con humor y de manera positiva.

¿Cuál es tu formación académica?


Terminé COU y me di cuenta de que no me apetecía estudiar ninguna carrera. Por lo tanto, y ya que mi formación era bilingüe, me decidí a estudiar idiomas y Marketing. Me fui a Italia a estudiar italiano y años más tarde me fui a Bruselas a trabajar como becario en una multinacional del chocolate para perfeccionar el francés. Al margen de eso, también tengo una diplomatura de la Universidad de Exeter en Literatura Inglesa y Sociología y he realizado numerosos cursos en torno al coaching, etc.

¿Cómo es un día de trabajo para ti?

Me levanto tarde, como a las nueve y media o diez porque mis jornadas acaban muy tarde. Por la mañana compruebo el mail y busco contenidos para el blog. Al mismo tiempo sigo haciendo un poco de consulting musical para diversos artistas a nivel de repertorio o imagen. Mi trabajo es absolutamente invisible ahí y nadie sabe quién pasa por mis manos. Ahora mismo estoy buscando repertorio para el disco nuevo de una artista muy famosa que tiene que grabar después del verano. Por las tardes casi siempre tengo reuniones con colaboradores o algún evento al que atender, aunque cada vez los dosifico más. Y a todo eso hay que añadirle momentos en que escribo guiones para televisión o los libros o las colaboraciones con otras publicaciones como “Oh My God” donde tengo una columna mensual.

¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión? ¿Y lo que menos?

Me gusta absolutamente todo. Es una profesión decidida al cien por cien por mí en la que yo soy mi jefe. Lo único negativo es, por supuesto, la inestabilidad económica.

¿Qué papel juegan Internet y las redes sociales en tu trabajo?

Un papel importantísimo. Cansado de trabajar para otros, decidí abrir mi propio medio de comunicación hace dos años y hoy estoy muy orgulloso de decir que “La columna de Abel Arana” tiene más de 75.000 lectores mensuales. Y todo, desde mi despacho en casa. Esto no hubiera sido posible sin Internet, Facebook, MySpace, etc. Estos portales amplifican enormemente mi curro.

¿Qué ventajas y qué inconvenientes tiene trabajar como freelance?

Depende del tipo de cabeza que tengas. Para mí las ventajas son todas, excepto la pasta. No es que tenga problemas con los jefes, porque cuando escribo un guión tengo jefes que supervisan y me dan toques cuando se me va la olla (jajaja). Creo que ser freelance es más excitante, es ser más dueño de tu carrera, de tus éxitos y de tus fracasos, porque también es importantísimo saber aceptar y encajar los fracasos, que es de lo único que se aprende.

Photobucket

¿Cómo fueron tus inicios en la música?

Accidentales. En aquel momento yo era el redactor jefe de “Shangay Express” y se dio la oportunidad de dar forma a la carrera de una artista desconocida llamada Mónica Naranjo. Ella me encargó incluso su primer remix en España y estuvo 18 semanas en el top 5 de ventas. A partir de ahí y siempre junto a mi socio, el trabajo empezó a llegar. Y llego a tal nivel que abandoné mi trabajo en la revista para dedicarme casi una década por completo a la música. Diez años después había trabajado para Whitney, Santana, TLC, Bosé, Marta Sánchez… vamos, que miro atrás y me sigue dando vértigo.

Has colaborado con artistas consagradas como Mónica Naranjo, Isabel Pantoja, Kylie Minogue y se dice que rechazaste a Madonna. ¿Es más duro enfrentarse a las expectativas que generan las superestrellas o coger a un artista desconocido y lanzarlo a la fama?

Todos los artistas son difíciles. Y si no lo son, malo. Un artista tiene que tener algo que le diferencie del resto de los mortales. Pero yo le tengo el mismo respeto a Madonna (a la que sí, rechacé porque ella quería que currara gratis) que a Érica Magdaleno (una artista underground electro pop a punto de debutar). No entiendo la música sino como arte y me importa un pimiento el prestigio o el curriculum. Si hay un artista que tiene una buena canción, yo estoy ahí.

Además de la música has trabajo en televisión, como presentador y como guionista, así que es un medio que conoces bien. Me surgen dos dudas: 1) ¿Qué es la telebasura? 2) ¿Es posible conjugar una programación de calidad y unos buenos índices de audiencia?

NI idea de qué es la telebasura y no me apetece señalar a nadie. Yo tengo claro que elijo y hay programas que no vería ni por todo el oro del mundo, pero porque no me interesan sus contenidos. Telebasura es aquello que no me gusta como “DEC” o “Un país en la mochila”, que era un programa horroroso. Me parece que es perfectamente compatible compaginar la audiencia y la calidad. Hay series estupendas que tienen mucha audiencia. “Gran Hermano” (que no me interesa un pimiento) es un programa impresionante, técnicamente hablando. Pero no me parece justo señalar a este o al otro porque hablan de algo que no me mola o no me apetece ver. Allá cada uno con su conciencia. No soy nadie para decir si Belén Esteban merece más pantalla que Punset. La belleza (y la basura) están en el ojo de quien la contempla.

Has publicado las novelas "Historias de Chueca" y "Más. Historias de Chueca 2" (ambas en Editorial Egales), a las que pronto se sumará un tercer volumen, y también escribes tu propio blog "La columna de Abel Arana". En ambos casos utilizas una fuerte carga de ironía. ¿Es el humor la mejor manera de enfrentarse a la realidad?

Más que la ironía, que hay mucha, es un intento de provocar la risa. Quiero ser una válvula de escape para mis lectores y arrancarles una carcajada en estos días tan jodidos por los que pasamos. Yo solo entiendo la vida con humor y de manera positiva. Nunca he tenido tiempo para deprimirme y siempre miro hacia a delante. Y a carcajadas, si es posible. Es un orgullo enorme que haya tanta gente que comprenda que ese humor burro, directo y pasado de rosca muchas veces es sólo un manera de liberar tensiones y que nada trasciende.

En la serie "Justicia sangrienta" encarnas al protagonista, a priori un malo-malísimo. ¿Eres actor por vocación o por casualidad? ¿Te gustaría adaptar alguno de tus libros al cine o a la televisión?

Ha sido un poco por casualidad. Ya sé que suena a chiste pero un amigo me avisó y me pidió que fuera a un casting y me cogieron. Después he hecho alguna cosa más que aún no ha visto la luz y me encantaría seguir haciendo más trabajo actoral porque es apasionante y se aprende mucho. Incluso en cuanto tenga unos días libres me gustaría hacer algún curso de interpretación. Y en cuanto a los de adaptar mis libros, pues la verdad es que todo el mundo me lo dice, pero eso depende de que una productora o una cadena se interesen por ellos y los quieran adaptar. Y yo encantado, por supuesto porque hay mucha gente que me dice que “Historias de Chueca” es una versión desparrame de “Queer as Folk”, y no puedo evitar tener esa curiosidad de cómo el papel se trasladaría a imágenes con actores reales que interpreten cosas que antes sólo tenían forma en mi cabeza.

Viendo tu trayectoria no sé si te queda algo por hacer. ¿Qué proyectos tienes para el futuro?

Seguir trabajando en lo que estoy trabajando y abriéndome siempre a nuevas oportunidades. Hay que estar siempre vigilantes a lo que sucede a nuestro alrededor para seguir creciendo y aprendiendo. Nuevas tendencias surgen cada día en el apartado de la comunicación y hay que estar atento y adaptarse lo más rápido posible. Ahora todo pasa muy rápido y apenas hay tiempo para tomar decisiones meditadas. Estamos pasando por un momento en el que creo que hay que fiarse mucho de los propios instintos. Y en cuanto a sueños, pues siempre me hubiese gustado publicar en “Vanity Fair”, que para mí es la mejor revista de todos los tiempos, y ahora que tiene edición española, habrá que intentarlo, ¿no?

Mónica Naranjo dijo durante una entrevista en “Operación Triunfo” que aconsejaba a los concursantes que se buscaran un buen abogado. ¿Qué le recomendarías a alguien que quiera iniciarse en el mundo del espectáculo?

Me parece un consejo lamentable y bastante horroroso, teniendo en cuenta que se lo dijo a unos niños que estaban como locos de felices en una academia. A un artista yo sólo le pido que se lo crea todos los días y que nunca baje la guardia. Ser artista es tremendamente complicado a todos los niveles y hay que tener una fuerza de voluntad y una fe a prueba de bombas. Hay que ser fuerte y mirar adelante con una sonrisa y sabiendo que si se quiere, antes o después se puede. Ese es mi truco.


por: Marcos Queijeiro, Director de Contenidos de VITAEVISION

Fotografía: Izak Amanzio Maquillaje y Peluquería: Pablo Robledo para Kiehl's

Abel Arana está representado por Nova Agentes

3 comentarios:

José Jaén dijo...

Hombre, el consejo de Mónica de que tuviesen un buen abogado supongo que lo diría porque los concursantes podrían ser víctimas de algún contrato blindado que los explotase, tampoco es tan horroroso pues ser artista no es vivir en una nube, también está la recompensa económica justa. Ya hubiese querido yo ese consejo cuando entré a trabajar con la mayor ilusión del mundo en mi primera empresa...
Y la entrevista me ha parecido genial; clara, al grano, y entretenida. ¡Qué suerte tengo de ser un asiduo de tu página!

Juan Ramón Villanueva dijo...

¡Vanity Fair! Qué aire fresco le daría a la edición española (que leo con frecuencia, todo sea dicho.) Y, como sé que se dice por ahí: ¡Qué Arte!
No sabe el enorme cariño que tengo ni se imagina el ancho orgullo que me entra de sólo verlo ahí, fíjese... ¡Qué Arte!

Anónimo dijo...

¡Abel, qué orgullo ser uno de los 75.000!! Tus triunfos nos alegran mucho. Somos tus Abelanitos!!