EN VILLA ROBLEDO...

Miren, he decidido matar dos pájaros de un tiro. Por una parte les pengo una foto donde enseño los pechos, y por otra les cuento lo que estoy haciendo. En el momento de escribir estas líneas estoy en Villa Robledo, la casa de la familia Robledo que para mí es una especie de paraíso donde me viene la inspiración.
Me he venido a Villa Robledo a escribir. Pablo ha decorado la casa siguiendo las normas del feng shui y yo de esto no entiendo nada,pero les prometo que hay una energía y un buen rollo enorme y las musas se me aparecen todo, todo el rato. Estoy concentrado escribiendo la tercera parte de HISTORIAS DE CHUECA que, por supuesto, no se va a llamar HISTORIAS DE CHUECA 3. Ya tiene título, pero de momento no lo largo, que luego van ustedes y lo cascan.
No les voy a engañar. estoy un poco triste. Historias de Chueca llega a su fin y mientras escribo me voy despidiendo poco a poco de los personajes. Me ha costado unos meses pero por fin ya sé como termina la historia de Miguel y Alejandro. Y que sepan que la escribo con ustedes en la cabeza. Yo no soy un escritor de esos que se miran el ombligo. Yo lo que quiero es que les guste, que se rían y que (esta vez) probablemente echen alguna lagrimilla, porque esta parte va a ser la de las despedidas. Y hablo de cualquier tipo de despedidas.
Espero verles mañana en la firma de libros. Les mando un beso desde el paraíso.
Les tengo a todos ustedes muy en la cabeza...no se imaginan cuanto.