Parece que en Hollywood tienen una agencia de re-colocación (nunca mejor dicho)y están muy empeñados en ocupar el puesto que dejo libre Madame Litio (Britney Spears) hace un año y medio. Y han pensado en Lindsay Lohan, creadora de la novedosa tendencia "hoy soy lesbiana, mañana no sé". Y es que Lindsay está como las locas: tiene juicios pendientes por conducir más pedo que Alfredo, la novia le ha dejado, tiene un padre que quiere ser musculoca y salir en un reality show, una madre de color naranja y una hermana que tiene 16 años pero parece que tiene 40. Resumiendo: un cuadro de comedor.
Y resulta que la semana pasada Lindsay se ha ido al festival de Cannes a promocionar una película donde va a interpretar a la protagonista de GARGANTA PROFUNDA. Como lo oyen. Después de esa maravilla psicotrónica que se llamaba SE QUIEN ME MATO, ahora Lindsay va a probar suerte interpretando a una pornera heterosexual, lo cual es una cosa preciosa.
Ahora la historia está en saber si Lindsay se va a volver heterosexual de golpe o se va a liar con un hamster (aviso: Mariah Carey no cuenta como hamster). Y todo esto si un juez no le agarra por las extensiones y la enchirona, lo cual, visto lo visto no es una noticia tan mala, porque todo el mundo sabe que las cárceles están llenas de lesbianas con carácter y yo en el fondo creo que Lindsay está a punto de darle un ladrillazo a un guardia para que la entrullen, porque para Lindsay una cárcel de mujeres no es una cárcel de mujeres. Es un spa.
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