
La Semana Santa será una cosa preciosa para las redactoras del HOLA y demás mujeres de bien de España, pero que sepan ustedes que a mi siempre me ha dado un mal rollo que me muero. Los de las capuchas me dan miedo, los que se fustigan me dan miedo y la música de los pasos me da pavor. Por lo tanto, he decidido pasarlo en familia con los Robledo (Pablo, Luis y Victor) y Alberto (ya saben...mi compañero del gimnasio) en Villa Robledo, que es un verdadero oásis donde me olvido del mundo, me relajo y desconecto un poco. Porque llevo una vida a una velocidad que a este paso me voy a tener que peinar como Aitor Trigos (o sea, con cuatro botes de laca por estilismo) para no despeinarme y mantener el modelamen, aunque a diferencia de Aitor, yo no abuso ni del glitter en las camisetas ni del giro de muñeca distraida.
A lo que vamos, que estos días les escribo desde esta casa para bajar pulsaciones y meditar sobre dos nuevos proyectos editoriales que están en un horizonte muy cercano y que se tienen que poner en marcha en menos de dos meses. Y todo ello con Zoe y Teo, y mis nuevas sobrinas caninas, Matilda y Lourdes, dos chihuahuas mega quinquis que me tienen loco de alegría porque me muerden los belfos y me besan sin parar, y yo otra cosa no, pero sensible a los besos de dos perras al mismo tiempo, soy muy sensible. También les quiero pedir que se hagan fotos y que me las manden, que quiero saber los modelazos que se ponen para hacer puenting, rafting o cualquier otra cosa moderna que termine en ing.
Por lo tanto, les deseo que pasen ustedes unos días de vacaciones maravillosos y aunque esto sea un tópico, les pido que si se van en coche, pues que no me hagan el tarado, que en realidad, llegar una hora tarde no importa nada. Porque a la vuelta quiero que estén ustedes aquí, que ya saben que yo no soy nadie sin ustedes.
Les quiero tanto que incluso me he ido a Villa Robledo sin depilarme las axilas...y eso es amor del bueno.
Ah...y no se preocupen por el estado de mi fe, en Villa Robledo hay una talla de una virgen tremenda a la que me encomendaré estos días.
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