Les juro que este clip es tan surrealista, tan tremenbundo, tan de todo que incluso me he pensado si se lo ponía a ustedes o no. Pero es que el intérprete es, en sí mismo, una patología con patas. Y ya saben que yo, en cuestión de disfuncionalidades, lo doy todo por ustedes. Ni Buñuel ni Valle Inclán han alcanzado jamás estas cotas de surrealismo. No me sean mariquitas y denle al play...
1 comentario:
¡Dios mío! Y en viernes santo...
Publicar un comentario