SHAKIRA: UNA PESADILLA HECHA REALIDAD

No me cae mal Shakira. De verdad. Pero saben todo ustedes que no entiendo nada de lo que hace últimamente. No entiendo sus canciones. No entiendo esos clips que parecen una mezcla de un vídeo XXX y una clase de Pilates. No entiendo su pelo, sus maquillajes y sus estilismos. Y, por lo visto, no soy el único. Porque Shakira esperaba ansiosamente el lanzamiento de su nuevo disco en USA. Y se lanzó hace un par de semanas y para que se hagan una idea, Susan Boyle vendió en la primera semana más de 700.000 copias. Pero el SHE WOLF ni siquiera ha conseguido colocar 90.000. Un desastre sin precedentes en la carrera de la artistaza. Y es que todo es incomprensible. Shakira se ha olvidado de que es colombiana y que lleva toda la vida construyéndose una carrera con un estilo personal y poco imitable. Y de repente se pone ese horroroso pelo rubio platino, habla todo el rato en inglés y se pone hecha una fiera sexual. Y la peña no quiere eso bonita. Y parece mentira que no te enteres. El disco es malo y el disco no tiene nada que ver con lo que eres. Las canciones no enganchan y por eso tu discográfica americana ha pospuesto un par de veces el lanzamiento. Los vídeos provocan una mezcla de verguenza y sonrojo a partes iguales y has conseguido que Mónica Naranjos parezca la reina del minimal, lo cual parecía imposible. Parece que ya no quieres ser sudamericana y te estás empeñando en ser una versión tribal de Jessica Simpson. Y eso duele. Y tus fans han decidido que el disco te lo compre tu madre. Y de nuevo, es una pena, porque hay que ver los temazos que has tenido y lo graciosa y original que solías ser. Y no, lo de copiar a Beyoncé...no es una buena idea.