Pues sí. Resulta que la han dado trabajo en un concurso de modelos de esos de la tele. Naomi se va a dedicar a juzgar el potencial de las futuras aspirantes a quitarle el trabajo. Y teniendo en cuenta el carácter que tiene esta mujer, pues ya sabemos que la cosa esta va a terminar como el rosario de la Aurora. Porque Naomi, desde que se separó de Joaquín Cortes, se ha vuelto majara y es campeona mundial en lanzamiento de teléfono móvil a la cabeza de la secretaria de turno, loq ue a mis ojos le hace una mujer irresistible. Para ser perfecta, a Naomi ya solo le falta declararse lesbiana o votante de Izquierda Unida o las dos cosas a la vez. Porque ella será muy guapa y todo eso pero lleva el underground en la sangre. Kate Moss es un aburrimiento total porque solía tomar cocaína y eso, aparte de insano es una cosa muy como de los ochenta. Pero la violencia de Naomi no tiene fecha de caducidad y ya estoy deseando verla en el concurso llamándolas gordas, pencas, feas o retenedoras de líquidos a gogó. Porque Naomi además, tiene una vida sentimental absolutamente desgraciada y consigue que lo mismo te salga corriendo un multimillonario que un bailarín de flamenco con pinta de flojo. Y eso es sencillamente maravilloso. Un arma de destrucción masiva con unas piernas de infarto. Se llega a enterar Aznar y la coloca de embajadora de buena voluntad en el Congo.
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