martes, 20 de octubre de 2009

MARIAH: A LA MIERDA


Se lo avise. El último disco de la cantante que más líquido retiene a este lado del Missisippi es un horror del copón. Tremendo horror y enorme pedazo de suspiro ahogado. Y claro, la gente no es idiota y le ha dado la espalda, y a lo grande. Y es que Mariah esta semana se despeña 4 puestos de golpe y sigue siendo aplastada sin piedad por Barbra Streisand que, ha grabado un disco de covers mientras se limaba las uñas y le ha pateado viva a Mariah esa cabecita cardada. En cierta manera me parece una buena señal, porque ya estamos hasta los huevos de que estas tipas endiosadas nos tomen el pelo y piensen que cantando cualquier estupidez nos vamos a tirar todos al iTunes a comprarlo. Y no. Y es lo que pasa cuando esta ceporra se ha olvidado de que es cantante y ha estado más ocupada en robarle el estilista a Yola Berrocal, porque no se puede ir por la vida vestida así y pretender que te tomen en serio. Mientras tanto, Whitney Houston sale en programas buenos, bien vestidas y demostrando que aunque "ya no es un crack" pues a la mujer le queda una dignidad y va vestida de su edad.
Ana Obregón, cuánto daño has hecho al show business mundial. Y sí, la de la foto es Mariah...

3 comentarios:

Juan Ramón Villanueva dijo...

Que no soportas a Maraca es algo que dejas clarito desde la primera entrada que le has dedicado en tu blog y todo es muy cierto, como siempre pero eso de "ya no es una crack"...te mereces una docena más de premios.

Rf dijo...

Ya tiene delito que la Streisand con el disco que ha sacao esté vendiendo y supere a la Carey.

Mira q a mi me gusta esta mujer, pero es que es ponerme cualquiera de las dos versiones del disco y me quedo frito...

Anónimo dijo...

me encantas, tio, te lo confieso. Este fin de semana me encontre contigo en chueca y madre mia, que wapeton! ...pero me canso de ver aki siempre el mismo panorama, las mismas criticas, el mismo tema estirado una y otra vez...
Para mi seria una sorpresa no leer dia tras dia el nombre de las mismas petardas.
Un beso Abel