ORGULLO GAY 2009

Mañana se celebra el día del Orgullo Gay en Madrid. Los que vivimos aquí no se imaginan lo hartos que estamos de ser invadidos por hordas de hombres depilados que vienen de allende los mares. Pero les vengo a hablar de la manifestación. Una manifestación a la que llevo asistiendo desde hace 15 años. Porque otra cosa no, pero yo a los gays les apoyo mucho.
Bromas aparte, y a pesar del cansancio les explico que hay que ir a la manifestación por muchas razones. Entre ellas, porque la prensa, los medios, el gobierno, la oposición y, sobre todo, la Conferencia Episcopal, tienen que ver que se enfrentan no sólo a un grupo de población cada vez más grande, si no que es un grupo gigantesco que cuenta con el apoyo incondicional de sus amigos y familiares. Y eso se nota en las urnas.
Recuerdo lo terrible que fue hace años ver una manifestación de las familias en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo. Me dio miedo y les explico por qué. Siempre que había visto una manifestación, del tipo que sea, era una cosa para ganar algo, para no perder puestos de trabajo, para conseguir una subida salarial, para conseguir derechos…pero nunca había asistido al lamentable espectáculo de unas familias que SALEN A MANIFESTARSE PARA QUE A OTROS LES QUITEN SUS DERECHOS FUNDAMENTALES. Aquella manifestación de las familias lo único que pretendía es que las personas del mismo sexo no se pudiesen casar. Aunque a ellos no les iba a afectar en nada, ellos pretendían cercenar los derechos de una parte de la población que paga impuestos. Y eso, en mi casa, se llama ser un necio y una mala persona. Eso sí, muy católicas.
Por eso, principalmente, sigo asistiendo a la manifestación. Porque mientras continúe el acoso de la Iglesia y (parte de) la clase política, es necesario que todos vayamos allí para apoyar que personas humanas consigan sus derechos. Porque ni siquiera hay que ser inteligente para aceptar que todos somos seres humanos, por mucho que a alguien le cueste entenderlo.
Les comentaré que no, no voy a ir subido a ninguna carroza. Les cuento esto porque varios lectores han mandado mails preguntándome en qué carroza voy a ir. Discúlpenme, y que nadie se ofenda, pero esa etapa ya la pasé e ir en carroza me parece un poco de pueblo y un poco de querer salir en los telediarios y un poco de “mírame que estoy triunfando”. Y no. O sea que iré a pie de calle con mis amigos y 30 latas de red bull y espero tener la ocasión de verles y hacernos fotos y abrazarnos y lo que haga falta…
No me fallen, que nuestros amigos homosexuales necesitan nuestro apoyo. Incluso si son lesbianas…