REVISTA HOLA: IVANA TRUMP ES LA PERA

La portada de este nuevo número del HOLA es de desmayo. Digo de desmayo porque el aburrimiento supera ya todos los límites conocidos. Al loro con el titular “Los Duques de Palma se van a vivir a Washington”. Ya ven. Tan emocionante que me ha dado gases. Y es que no sé yo muy bien que están pensando esas esclavas de la redacción rosa que son las chicas del HOLA. Hay que reconocerles el mérito de haber defenestrado vivas a las pobrecillas del OK, pero bajar la guardia de esta manera no es normal. Por lo tanto, el artículo de portada lo decido yo hoy. Porque dentro de la revista hay un reportaje maravilloso de chorrocientas páginas que cambiará para siempre el camino del pensamiento occidental. “IVANA E IVANKA TRUMP: TAN PARECIDAS; TAN UNIDAS, TAN DIFERENTES”. Lo que traducido quiere decir “Estas dos petardas que no se soportan se han hecho un reportaje juntas para sacar unas perrillas y promocionar el arte de hacer nada”.
Yo soy muy fan de Ivana Trump que de joven era patinadora en Ucrania o algo así y de repente se casó con el hombre más feo del mundo (Donald Trump) y claro, empezaron a ganar dinerito y a Donald le dio por inseminar top models e Ivana le dijo que el polvo le iba a salir un poco cara y se quedó con la mitad de su fortuna. Ivana es arte porque, al igual que la Choki, una gitana de Almendralejo, adora todo lo que sea dorado. Hay que ver lo que le gusta un oro a Ivana. Si Ivana fuera un animal, sería un cuervo. Sin embargo su hija es una pedorra con cara de pedorra. Resumiendo, pedorra integral. Y un cuadro del Prado porque Ivana está mucho más zumbable y es la máxima exponente del movimiento MZ (Madres Zumbables) y eso es una maravilla. Porque en el reportaje que el HOLA ha hecho a Ivana, Ivanka y al Photoshop, Ivana se lleva el gato al agua porque posa mejor, sonríe mejor, tiene más cara de mala y tiene unos pechos de ñam ñam. Y la pobre Ivanka se limita a poner cara de vaca mirando al tren y posar absurdamente rollo modeli. Y eso es un error. Ivana posa como un putacón malayo de Las Vegas, dándolo todo, seduciendo a la cámara y haciendo una felación visual que es para reventarle las meninges a uno de alegría. Y, por supuesto, las únicas declaraciones que importan son las de Ivana. Al loro con lo que dice ella, que yo se lo traduzco entre paréntesis:

“Somos como hermanas” (Me acabo de hacer otro lifting para tirarme a los novios de mi hija y destrozarle la vida para siempre)

“Yo soy más activa que mi hija” (No sólo le quito los chulos , también salgo más, soy más gogó, bebo más y zumbo el doble)

“Yo me relajo y no me tomo las cosas en serio” (Con la pasta que le he sacado al idiota del padre de Ivanka, no estoy yo para preocupaciones, chata)

“Estoy tratando de arreglar las diferencias con mi marido” (Mi marido tiene menos dinero del que pensaba y estoy a punto de largarle)

“Yo no necesito impresionar a nadie” (Y si tengo que hacerlo me pongo dos billetes de 500 dólares entre las tetas y caen rendidos)

“No puedo estar con hombres mayores que yo…les mataría” (Esto no necesita traducción)

“A mí nadie me llama puma” (¿Puma?...ya…pero si cambiamos la “m” por una “t”…)

“Mi hija es más sencilla” (Mi hija es una petarda insoportable que se ha operado fatal y le han dejado esa cara de tener dos chupachups de Kojak en las mejillas permanentemente insertados)

Ya ven. Ivana es una mujer sofisticada, buena madre, buena amiga, caritativa y dadivosa. Ivana debería ser presidenta de USA porque es la única mujer en el mundo capaz de acojonar a Carla Bruni. Y eso dice mucho a favor de Ivana. Porque ella inventó la profesión que tantas otras han seguido después. Me refiero a la profesión de “Mecasoconunfeoricoyleexprimolapastayme logastotodoenchulosbonita”. Ivana es el futuro. Y punto.