Los polvos de una noche deberían ser siempre maravillosos e inolvidables. Porque si uno decide irse con una persona después de haberse tomado 10 gintonics y es incapaz de distinguir a Carmen de Mairena de Cindy Crawford, por lo menos la cosa debería ser apoteósica. Pero aquí les llega el tito Abel con una cosa que va a dejar a sus partenaires al borde del colapso. Un lubricante con olor y sabor a bacon. Como lo están leyendo. Una maravilla sin igual. Un derroche de investigación sexológica y nutrición. Porque de ahora en adelante, la expresión "te lo voy a comer todo" les va a sonar distinta. Y mucho más sabrosa. Y claro, la cosa esta es perfecta porque todos sabemos que se acerca el veranito y ya estamos con la operación bikini y nos apetece comer a todas horas. Y ustedes están en sus camas con sus parejas y de repente les entra una gana africana de zamparse un big mac o una chistorra con huevos fritos. Y no es plan a esas horas, que de noche todo engorda más. Entonces sacan de la mesilla el bote de lubricante con sabor a bacon y le arrean un buen chorro a su pareja y se lo comen todo de arriba a abajo. Un no para de ventajas porque:
-Su pareja se pondrá como las locas de que ustedes les sorprendan a altas horas de la madrugada con una técnica oral brutal.
-Follar adelgaza un barbaridad. Unas 400 calorías por polvo.
-El bacon, no nos engañemos, apetece a cualquier hora.
-Y de paso se les pasa el gusanillo del hambre y no se me ponen hechos unas focas.
O sea que ya saben, busquen este producto en internet y pidan seis botes para empezar. Como ven, tener un tipazo y zumbar como un poseso/a está muy al alcance de su mano.
De nada.
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