miércoles, 22 de abril de 2009

ESTA NOCHE CORRIDA


Les traigo una noticia de esas que les va a encantar. De nuevo, la he leído en el Daily Mail y, sinceramente, cada día me quedo más atolondrado al ver que los ingleses están ganando en bizarrismo a los yanquis. Les juro que cuando leí la maldita noticia, no daba crédito, pero esto que les cuento aquí es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Resulta que en algún lugar de Inglaterra vive una mujer que se llama Caroline Cartwright. Y claro, ustedes habrán pensado lo mismo que yo, que con ese nombre tan fino y sofisticado, Caroline debe ser diseñadora de trajes de novia, dependienta de Burberrys London o Vicepresidenta del Gobierno de Zapatero. Pero no. Carolina es más burra que un arado. Y encima, ahí donde la ven, le gusta más chingar que a un tonto un lapicero. Hasta ahí todo me parece correcto. Chingar es una cosa sanísima y encima se pierden un montón de calorías en el acto. El problema es que Caroline tiene una vecina que está hasta la mismísima vulva de los orgasmos intrépidos de Caroline. Porque cuando Caroline orgasma, los chillidos que pegan hacen que Godzilla parezca una niña cantora de Viena.
La vecina, para más desgracia e impacto, es sorda de un oído. O sea, que vayan flipándolo con el volumen de la vacaburra de Caroline que es capaz de conseguir que las sordas oigan. Veinticinco denuncias le ha puesto la vecina sorda a Caroline. Hasta que a la policía se les ha hinchado los huevos de tener todos los días a la sorda en comisaría diciendo que no puede pegar ojo de lo que orgasma la vecina y resulta que un juez admitió que se pusiera un aparato en casa de la sorda para que cada vez que Caroline y su chulo orgasmaran, todo quedara grabado. La sorda solo tenía que apretar un botoncillo rojo cada vez que la otra se ponía como las locas al otro lado del tabique.
El resultado ha sido que el juez ha comprobado las grabaciones y (muerto de envidia) le ha puesto a Caroline una multa de 500 libras por orgasmadora histérica. Caroline, absolutamente sobrecogida por la sentencia, ha dicho que ella no entiende nada porque ella siempre ha sido así. Tócate los huevos MariPili. Yo si llego a ser el juez, además de por los gritos les meto una multa de cojones por los peluches y el color de la colcha. Y es que hay gente que no tiene ni vergüenza ni estilo para decorar, porque al final yo creo que Caroline gritaba tanto del horror que la producía que se la jincasen en ese dormitorio.

Si no me creen lo que les cuento...PULSEN AQUI

2 comentarios:

Besametonto Awards dijo...

El marido tiene cara de escaparse todos los días al Eagle

Triz Vega dijo...

hombre, aparte de que estoy talmente de acuerdo con besametonto, he de decir que, en lugar de hacerla pagar una multa, por algo que no está en su mano cambiar (qué hace la tipa? comprarse una mordaza?? dejar de follar?? no correrse??? amos, anda!) No hubiera sido más lógico, obligarla a insonorizar la casa? Así, tipo búnker o ponerse en la habitación conyugal una "pecera" tipo estudio de grabación.

amos... eso es mucho más justo pa tós, andevaparar!