SOS: UNA LECTORA PIDE NUESTRA AYUDA

Queridos lectores: todos los días me llegan decenas de mails de ustedes mandándome saludos, besos, propuestas de inseminar a sus mujeres y amenazas de muerte. Pero hoy ha llegado una carta que me ha helado la sangre. Una tragedia urbana está sucediendo en el sur de nuestro país, más concretamente en la ciudad de Sevilla y parece que nadie hace nada para ayudar a la pobre víctima. Una mujer que está siendo víctima de los abusos de dos homosexuales sin escrúpulos. Y la mujer lo ha intentado todo sin éxito y por eso recurre a mí. A continuación les transcribo la escalofriante carta de una lectora en apuros:

“Hola Abel.
Te escribo como último recurso. He llamado al defensor del menor, a varios abogados a ver si se querían hacer cargo de mi caso, a la Junta de Andalucía e incluso desesperada una vez llamé al Diario de Patricia. Y no he obtenido respuesta. A nadie le importa una mierda lo que me está pasando y está a punto de írseme la cabeza y hacer una tontería. Porque nadie se imagina el infierno que estoy viviendo y nadie se pone en mi lugar. Pero no me enrollo y te cuento mi tragedia para ver si algún lector se solidariza y hace algo. Me llamo Fibi (en homenaje a Phoebe la de “Friends”) y aunque soy súper joven no voy a decirte mi edad, no es necesario. El caso es que soy adoptada y al principio todo fue bien. Me adoptaron dos hombres, que creo que es lo que se llama una familia homoparental, de esas de gays. A pesar de que con los amigos de la calle esto me ha costado algún problema, yo nunca le he dado mucha importancia, pero la cosa ya pasa de castaño oscuro. “Los gays” (porque paso de decir sus nombres) controlan mi vida hasta extremos insospechados. Ni tan siquiera puedo peinarme o vestirme como quiero. No tengo libertad de movimientos y ni puedo decidir cuándo voy al baño. Así de terrible es lo que te explico. Nadie se imagina el escándalo que tengo que montar para que me dejen hacer mis necesidades. Yo sé que los gays están muy de moda y tienen muy buena prensa y nadie se atreve a decir nada en contra de ellos, hasta tal punto que el otro día una chica de una ONG me dijo que le parecía “una perra homófoba”. Ya ven, me dan palos por todos lados. Y no saben el último disgusto que hemos tenido, porque yo ya tengo los nervios destrozados y no sé qué hacer. Harta de gritarles que me dejaran usar el baño, ya de los puros nervios no aguanté más y me hice mis necesidades en medio del pasillo. Ya sé que es una cosa humillante más propia de la postguerra que de los tiempos en que vivimos. Y para castigarme por esa acción, me han rapado la cabeza y me ha desaparecido mi preciosa melena rubia. Como en la “lista de schindler” pero con más drama, porque yo soy guapa. Y a ver como hago para que España se entere de este drama y esta tortura a la que me tienen sometida estos dos, que además de gays son andaluces y no te imaginas el cuadro que es que me obliguen a vestirme de flamenca cuando llega la feria de abril. Porque claro, como son gays, pues ellos me compran ropa sin parar y para cualquier circunstancia y me tienen frita todo el día con discos de Madonna y cosas así. Y a mí me gusta El Canto del Loco y Estopa. Podría enrollarme mucho más, pero no quiero ser cansina. Espero que alguno de tus lectores se apiade de mí y sepa que sufro como una perra viviendo con dos gays. Yo quiero un padre y una madre, no a estos dos ni a sus coreografías de Kylie Minogue y sus trajes de flamenca. O alguien hace algo o voy a terminar volviéndome lesbiana, que hay un cura en la tele que dice que las hijas de los gays se hacen lesbianas. Y estoy muy asustada. Para que tus lectores se hagan cargo del drama que vivo, te adjunto una foto para que veas el último cambio al que me han sometido estos dos y que hace que mi vida parezca el plató de Cambio Radical. Como soy menor tendrás que taparme los ojos o algo así…Por dios, que alguien me ayude.
Atentísimamente tuya
Fibi”



No me digan que no es una historia triste. Una yorkshire abusada estéticamente por dos gays en la treintena. Yo estoy que casi no puedo escribir, que me ha dado una llorera al leer la carta de la pobre… hasta Dana se ha sobrecogido al ver el corte de pelo de la pobre.
Qué país.