ANDRES WINEHOUSE

No voy a poder pasar tranquilo el 1 de mayo. Hay que joderse. Ya sé que merece la pena, que ustedes están ahora en Benalmádena con sus laptops. Lo sé. Por eso les vengo a contar mi peculiar versión del nuevo incidente con el primer actor punk y rocanrrolero de nuestro país: Andrés Pajares. Y en exclusiva, su foto a la llegada a comisaría el otro día.

Nuestro Amy Winehouse nacional está con un no parar de actualidad. Andrés ha decidido continuar con su postura anárquica y contracultural. Y yo le entiendo, porque vamos a ver, si mi hija se llamase Maricielo (es muy fuerte) y se dedicara a hacer topless para Interviú y mi hijo gay fuese por las teles defendiéndose de un novio que decía que le pegaba, yo probablemente estaría como Pajares, o sea, con pelucón y mordiendo a personas humanas. Eso por no hablar de sus mujeres, las chonchis, conchis y cualquier cosa que lleves "ch" y termine en "i". Muy heavy.

Andrés Winehouse salió el otro día después de declarar en libertad con cargos. Desconocemos si la secretaria ha recuperado la visión, si la portera del edificio está en un spa haciendo un tratamiento antiestrés o si el hombre al que mordió ya se ha transformado en la versión zombi de Maria José Cantudo. El caso es que a Andrés le han puesto una orden de alejamiento. El aúto no dice nada de un bozal. Mmm. Y como Andrés se lo toma todo muy a pecho, pues se ha cogido un avión y se ha ido a Barcelona. Con dos huevos.

Una vez allí, se ha instalado en un hotel lujosísimo, el Arts. Yo he estado varias veces en ese hotel y les diré que es un poco de nuevas ricas wanabees. De esas que parecen que están oliendo mierda en la punta de un palo de estiradas que van. Y todo súper cool, súper clean y muy minimal a la par que orgánico. Imagínense ustedes a Andrés "el demonio de Tasmania" Pajares en este ambiente. Piensen ustedes en esa recepcionista rubia que habla 43 idiomas acojonada mientras le toma los datos.

Recepcionista: Su DNI por favor...
Andrés: Hoy no he follado...miarma...
Recepcionista: ¿Perdón?
Andrés: Te ví a comer to lo negro...omaaaaa

Y así lo mismo con el botones, el de las maletas, el servicio de habitaciones y la perunana que pasa la aspiradora. Una preciosidad de situación. Entonces Andrés llega a la habitación y se tumba en la cama. Y como se aburre pone la tele. Y aquí llega la tragedia, porque Andrés empieza a ver y oir declaraciones de su hija, de su otra hija, de la portera, de uno que mordió, de la secretaria ciega e incluso de la rumana que limpiaba las oficinas y que, al final no era rumana, sinó de Cuenca, y la tía se hacía la rumana para que no la molestaran. Un frenesí que ni la Veneno y Richie Bastante en una sola persona.

Y Andrés reacciona convirtiendose en Keith Richards, el abuelo de los Rolling que se esnifó a su padre. Y agarra las sillas y las lanza contra la pared. En la mejor tradición del rock and roll, (supuestamente) se pasea por los pasillos a grito pelado llamando a las puertas y enseñando el ojal cuando le abren. Todo esto en un hotel carísimo lleno de pijas con posibles. Como les cuento, un frenesí. La cosa se pone chunga cuando dos multimillonarias rusas se dan cuenta de que AP es un colgado y aquello no es una performance orquestada por Santiago Calatrava y Sergi Arola. Y las entra un miedo terrible y llaman a recepción. Y la chica de recepción en un perfecto acento moldavo-ucraniano les dice que por los cojones va a subir ella a calmar a chucky, que un momentito que llama a los maderos, que todavía se está limpiando los escupitajos.

Diez minutillos después, los maderos de Barcelona aparecen allí y tranquilizan a Andrés, que estaba con un jamacuco que no veas. Como las locas, totalmente. La madera, ya acojonada ante la posibilidad de ver el mojino de Pajares estampado en sus caras, deciden llamar a los loqueros (servicio médico, dicen ellos) para que se lleven al intérprete de Drácula Yeyé a un sanatorio. Lo mismo que Angelina Jolie en "Inocencia Interrumpida", pero más rollo Ozores. Y ahí está el pobre Andrés, encerrado en un sanatorio a ver que pasa, que hay crisis de ansiedad que son malísimas.

A día de hoy, los responsables de comunicación del hotel Arts dicen que allí no ha pasado nada y que no hay nadie registrado a nombre de Andrés Pajares. Al final ha debido ser todo un bulo... que miedo por dios.

Como las locas.